Es probable que llegásemos confiados al campo del Bon Pastor. Dos partidos razonablemente fáciles contra equipos muy inferiores podían habernos hecho creer que ya estaba todo hecho. Es sorprendente que jugar en 2ª división, aparentemente, sea más fácil que en 3ª. Cosas de la edad.
La verdad es que el comienzo del partido no fue fácil. Eso sí, con extrema puntualidad por parte del colegiado que pitó el arranque a las 16:00:00. Los jugadores locales parecían conocer bien sus posiciones y, mirando desde abajo a los nuestros, comenzaron atacando. No obstante en el minuto 2 nos hacían una falta en la frontal de su área, con tarjeta amarilla incorporada, y nos permitían tirar a portería por primera vez. Pol tiró bastante bien pero el portero local desvió a corner.
Comenzábamos a llegar con cierta regularidad al área contraria pero no conseguíamos "abrir la lata", a pesar de algunos centros inspirados de los extremos que no conseguían ser rematados con éxito.
Finalmente, tras un saque de córner, Victor conseguía estrenar el marcador en el minuto 11. Tres minutos después, un centro de Rodri era rematado espectacularmente por Batlle, con rebote incluido en el larguero. 0-2. La cosa parecía enderezarse.
Una nueva cabalgada por la derecha, con la pelota coqueteando con la línea, le llegaba de nuevo a Batlle que, sutilmente, dejaba el 0-3 en las mallas.
Pero los corderitos tenían armas escondidas y el número 10 era una de ellas. Así en el minuto 19 se escapaba en fuera de juego (clarísimo para todos menos para el colegiado) y nos colocaba el 1-3.
Encima, un par de minutos más tarde, nos adivinaban las intenciones: nuestro exclusivo saque de falta Pol-Royán era desmontado por los locales, enviando la pelota a córner.
Seguíamos apretando, pero los locales también jugaban. Así en el minuto 24 se nos escapaba un delantero local y nos hacía el 2-3. Evidentemente no se iban a dejar ganar así como así.
Ni siquiera los balones altos (que debían estar por encima de las posibilidades locales) llegaban a buen puerto y nos desmontaban casi todos los saques de falta. Igualmente el portero local (el primero de los alineados) paraba tiros que, quizá, hubiesen podido aumentar la diferencia.
Era el momento de "Espa" que, caracoleando por la zona, nos tranquilizó con el 2-4 rozando con el final de la primera mitad. No obstante la cosa distaba mucho de estar encarrilada.
La segunda parte contó con las habilidades dramáticas de los locales. Así, ya sea porque se les acercaba la hora de la siesta, o porque habían visto algo pardillo al colegiado, decidieron poner en marcha una estrategia que exasperaría al respetable: el piscinazo. Así hacia el minuto 5 se anulaba un gol a Rodri por presunta falta al portero, que había descubierto en la hierba artificial su hábitat preferido.
No obstante esta predilección por Morfeo (qué contenta estaría su señorita), debía tener algún coste. Así el 2-5 fue un gol en propia meta que, como los otros, también cuenta. Simultáneamente, otro jugador local pretendía anular la jugada dejándose caer en el cesped, cerca del medio campo, a ver si el árbitro picaba.
Entre piscinazo y piscinazo, "Espa" se volvía a escapar por la izquierda y nos regalaba una vaselina que valía el 2-6. Un minutito después lo volvía a repetir, esta vez exhibiendo grandes aptitudes para el Tae Kwondo. Este gol era anulado por el árbitro, quizá con razón.
Pero los locales también sabían meter goles bonitos, y de saque de falta ceñidísimo a la escuadra nos metían el 3-6. Nada que discutir.
Lo que comenzó a ocurrir entonces fue que los pastorcillos decidieron atacar por bajo. No había pase que no se intentase cortar con entradas más que discutibles que, sin embargo, no recibían sanción arbitral. ¡Qué malo es esto de ser grande y jugar contra niños pequeños enrabiados! Así Rodri recibía una caricia en la frontal de área, necesitando de las asistencias. Luego sería cambiado.
En el minuto 30 llegó el 3-7 con escapada de Espa y pase a Batlle, que lo volvía a dejar en la red.
Los pastorcillos recrudecían el juego faltón a pesar de lo cual, Andy recibió un balón y lo colocó en la red, poniendo el definitivo 3-8 en el marcador.
No obstante, al margen de la querencia por la hierba, unos jugadores a los que en su mayoría sacaban la cabeza nuestros niños, nos habían plantado cara con tesón, velocidad, disciplina y varios puntos de malicia. Quizá esta liga no sea el camino de rosas que parecía.
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